La llegada de la Navidad suele asociarse a pensamientos de alegría y felicidad. Reencuentro con amigos y familiares, sensaciones de optimismo exacerbadas por anuncios, programas de televisión, estrenos navideños de películas. Normalmente decimos que la Navidad, “Es una fiesta para estar en familia”, “La Navidad es para compartir y hacer el bien a los demás”, “Son unas fiestas felices” y hasta el famoso “Vuelve, a casa vuelve por Navidad”. Sin embargo, existe otra realidad. Para muchos las Navidades es una época triste, temida por muchos, odiada por otros y en las que incluso se incrementa el número de suicidios. ¿Qué pasa entonces en estas fechas que pueden generar emociones tan extremas en las personas? Uno de los principales problemas se encuentra en toda la publicidad y en todas esas frases que tan bien conocemos. Ponemos unas expectativas altísimas de lo que deben ser las navidades. Están más idealizadas de lo que la realidad ofrece, porque ¿qué pasa si falta alguien de mi familia?;¿qué pasa si estoy lejos?; ¿qué pasa si me llevo mal con mi familia? Lo que termina pasando es que nos sentimos raros, como si no fuéramos normales, ya que no somos capaces de conectar con el “espíritu navideño”.  A veces no es por la falta de nadie, sino porque en muchas ocasiones las reuniones familiares, más allá de esas imágenes de gente sonriendo alrededor de un pavo, se convierten en campos de batalla y en explosión de asuntos pendientes, volviendo con ello a la sensación de no ser capaces de sentir la Navidad como debería ser. Llegados a este punto… ¿Qué podemos hacer? Queda claro que las Navidades no dejan indiferente a nadie y parece que el principal problema es la idealización de estas fiestas. Es importante para poder superar estas fechas (y esto va dirigido no a aquellos que verdaderamente la disfrutan, sino a esos otros de los que normalmente no se habla y a los que dirijo este artículo) entender qué son y que no son las navidades: Las navidades no tienen por qué ser una época feliz. Dependerá de nuestra situación y de nuestras experiencias. Las navidades no son siempre familias felices. Es importante no idealizar. Nuestra familia es la misma que el resto del año y esperar que sea todo diferente en fiestas es motivo de más de una decepción

La Navidad es un periodo que nos lleva a la reflexión. Nos lleva a estar agradecidos por lo que tenemos o a darnos cuenta de lo que nos falta. Es un buen momento para recordar, para volver a tener presente a quien ya no está. Pero el que vivamos con tristeza estas fechas no nos hace raros. Sólo nos dice que echamos de menos. En definitiva, ya te gusten o no las navidades, nos ofrece una oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas. Pero la clave para superarlas de una forma sana es cuidarnos de creer que en las navidades todo tiene que ser perfecto.

Articulo publicado en el Diario «El Económico»  23/12/2016  www.eleconomico.es

Volver Publicaciones