Las carcajadas descontroladas liberan endorfinas que provocan euforia y ayudan al control del dolor

Hasta hoy, numerosos estudios han promovido la risa como una fuente de salud y bienestar, aunque pocos han constatado el porqué del beneficio físico de hacerlo, que va más allá del placer intelectual. ¿Por qué reír de forma descontrolada hace sentir tan bien? Solo el acto de sonreír ya pone en marcha un gran número de músculos del organismo, más de 300. Además, según una investigación reciente, la risa puede actuar como analgésico natural.

La risa puede ser un calmante natural de lo más efectivo. Los resultados ponen de manifiesto que quienes se ríen más son más capaces de soportar el dolor, en concreto, un 10% más.

Mientras que la risa simple y llana no tiene ningún efecto analgésico, las carcajadas, sí. Estas últimas liberan endorfinas que, además de generar un estado de euforia, calman el dolor. Un posible motivo, explican los científicos, sería el vaciamiento de aire de los pulmones que se da al realizar una carcajada.

Son muchas las investigaciones que desde hace años relacionan la risa con efectos positivos tanto en la salud como en la recuperación de las personas enfermas. Ya a fines del siglo XIX, el médico austríaco Sigmund Freud (padre del psicoanálisis) valoraba los beneficios que el acto de reír aporta al organismo, al liberarlo de la energía negativa. Multitud de estudios desde entonces la han relacionado con la mejora de la digestión, la disminución del estreñimiento, el fortalecimiento del sistema de defensas, el aumento de los niveles de oxígeno en todos los órganos, la liberación de las tensiones, la reducción del estrés y la mejora de la circulación o la presión sanguínea.

Varios estudios demostraron que la risa tiene efectos positivos en la regulación del sistema inmunológico, porque aumenta la producción de anticuerpos y activa ciertas células protectoras del organismo, que son importantes para evitar la formación de tumores. Reír es tan necesario como dormir bien, llevar una vida saludable o practicar deporte. No obstante, parece ser que la rutina diaria dificulta este acto: a medida que se llega a la edad adulta se ríe menos y, si los niños lo hacen una media de 300 veces al día, los adultos no llegan a las 30.

Según los resultados beneficiosos que provoca el acto de reír, no es extraño que varias organizaciones y agrupaciones de todo el mundo lo tengan en cuenta como parte de algunos tratamientos. En general, la risoterapia se utiliza para lograr estados de relajación y rejuvenecimiento o como coadyuvante para el control del estrés, la depresión, el insomnio o problemas cardiovasculares y respiratorios. Aunque en España aún no está demasiado establecida, en estos últimos años ha ganado terreno.  Un buen ejemplo de ello son los muchos hospitales que, en sus unidades de pediatría, cuentan con talleres de payasos para niños. También en geriátricos se organizan cada vez más talleres monográficos dedicados a la risa.

Articulo publicado en el Diario «El Económico»  16/10/2015  www.eleconomico.es

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