El otoño es la época idónea para establecerse nuevas metas y propósitos más saludables
Tras el ajetreo del verano y las vacaciones, llega el otoño con su ritmo más pausado. De la mano de este cambio de estación también vuelve la normalidad de horarios y rutinas que caracteriza la vida laboral y escolar. Para muchos, el otoño significa el inicio de un nuevo curso y el momento óptimo para establecer o recuperar buenos propósitos después de la pausa estival.
A veces, a pesar de que uno se siente bien, quiere realizar cambios en su vida. De hecho, es frecuente que en el mes de septiembre se inicien un sinfín de actividades, como apuntarse a un gimnasio, empezar cursos de idiomas o de cocina, comenzar colecciones, etc. «Y, entonces, a las pocas semanas, nos desmotivamos, dejamos que la desgana nos venza y volvemos a repetir las mismas pautas de comportamiento que queríamos variar»
Para recuperar la falta de voluntad hay que ejercitar el autocontrol, que permitirá alcanzar los objetivos propuestos
Para lograr los objetivos propuestos, resulta fundamental no dispersarse, no impacientarse y centrarse en un propósito claro: Hay que ser conscientes de que a veces se arrastran, desde hace años, comportamientos poco saludables, por lo que no podemos alterar nuestra vida de un día para otro. Para ello se necesita tiempo, constancia y concentrarse en un objetivo primario, que es el que marcará ese cambio en nuestras vidas.
Tácticas para aumentar el autocontrol:
- Mantenerse lejos de la tentación. Aunque suene al consabido «ojos que no ven, corazón que no siente».
- Tener un plan establecido con anterioridad para enfrentarse a situaciones que podrían perjudicar la decisión tomada ayuda a no tener que aplicar la fuerza de voluntad.
- Definir qué metas se quieren lograr, para qué y qué se conseguirá con ello.
- Los estudios señalan que es más efectivo plantearse los objetivos de uno en uno.
Buenos propósitos: cómo empezar
Cuando se desea hacer un cambio en la vida, como dejar de fumar o empezar la práctica de ejercicio físico, a muchas personas les ayuda a comprometerse, si lo ponen por escrito, como si firmaran una especie de contrato. En este documento debería constar qué se quiere conseguir y a qué se implica uno para lograrlo, y firmarlo. Además, se puede pedir a alguien del entorno cercano (pareja, familiar o amigo) que ayude a la consecución del objetivo. A esta persona de confianza, que puede comprometerse a que dará el soporte necesario, se acudirá cuando las fuerzas flaqueen y uno se sienta que decae, «que es lo habitual», «lo más importante es confiar en uno mismo, que se puede lograr el cambio que se desea». Beneficia dejar constancia del calendario, del propósito primario y de los secundarios (más sencillos y temporales), y ponerlo en un lugar bien visible, como la puerta de la nevera o en la mesita de noche.
Articulo publicado en el Diario «El Económico» 17/09/2015 www.eleconomico.es
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